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American Jet, la low cost que sueña con volar de Comodoro Rivadavia a las Islas Malvinas.

American Jet, que opera vuelos privados, busca transformar a Neuquén en su centro de operacioes y conectar todo el corredor petrolero.

Nacida como una empresa de vuelos privados, American Jet lleva mucho aire recorrido en su historia de poco más de 30 años en los que se especializó en ofrecer soluciones de transporte para grandes empresas que necesitaban movilizar personal a lugares en los que los vuelos comerciales no llegaban, especialmente en el Sur del país, donde se concentra la mayoría de las actividades petroleras.

Con ese perfil de cliente en mente, la compañía ya tenía decidido pedir rutas regulares que sirvieran “al pasajero de los movimientos productivos e industriales”.

“Nosotros vimos venir todo este crecimiento de negocios que se iba a dar en el interior del país y que se necesitaría imperiosamente una comunicación fluida y un servicio de transporte con base en Neuquén, que es lo que acabamos de pedir en la audiencia”, relata Ivana Palmieri, apoderada de la empresa fundada por el empresario Jorge Rodríguez (un homónimo del mediático exejecutivo de Bunge & Born) y abogada especialista en Derecho Aerocomercial. Agrega que el acuerdo que el presidente Mauricio Macri cerró en enero último con las empresas petroleras y los gremios para la reactivación del yacimiento Vaca Muerta y otros 17 proyectos de hidrocarburos no tradicionales en el Sur les está dando la razón.

Según destaca la apoderada, la empresa acumula años de experiencia en el Sur del país, lo que le facilitaría la operación: “Es todo un esfuerzo volar allí, pero es mucho más fácil para el que conoce el conoce el terreno. Por eso, American Jet se instaló en Neuquén. Y desde ahí tiene acceso a un interesante mercado, hacia el Sur, hacia el Norte, hacia Chile y Bolivia. Las rutas están muy bien pensadas, pero siempre con el concepto de ese segmento productivo”.

Una de las rutas solicitadas, aunque se trate de un destino al que aún no pueden llegar aviones con matrícula argentina, tiene un gran significado para todos los argentinos, ya que incluye a las Islas Malvinas. “Pedimos cubrir el trayecto Neuquén-Comodoro Rivadavia-Islas Malvinas. El día que se pueda, o el día que se logre. Ese es el trabajo que nosotros creemos que hay que hacer. Hay que estar preparados y por eso pedimos Comodoro Rivadavia-Islas Malvinas, porque creemos que en algún momento esa ruta se va a dar”, concluye.

En el país hacen falta esas empresas de tráfico subsidiario, feeders. Hubo en su momento, cuando lo hizo Southern Winds, pero hoy no existe. Creemos que es un segmento importante, especialmente en este proyecto político, porque va a necesitar de un movimiento muy fluido en el interior

La compañía asegura que no pretende competir con el pasajero regular de una línea aérea tradicional y aunque no descarta abarcar la actividad turística, porque le sirve de complemento, aclara desde el principio: “No somos una compañía que vuele barato”.

“Lo que sí hace American Jet es crecer muy racionalmente, y sabiendo hasta qué cantidad de pasajeros va a tener. No nos sirve decir que vamos a traer un avión de 150 asientos, porque sabemos que no los vamos a llenar en las rutas que operamos”, destaca Palmieri y relata que durante mucho tiempo la compañía operó con aviones de 19 asientos. Cuando esos aviones les quedaron chicos, puso dos frecuencias de 19. Y cuando esas dos frecuencias de 19 ya les quedaban chicas, recién ahí adquirió un avión de 50 asientos.

La apoderada indica que aunque su fuerte son los vuelos privados, la empresa ya operó rutas regulares en algunas rutas del Sur “muy complicadas”, y que en los ’90 llegó a contar con aviones Fokker F27.

La apuesta de American Jet es convertirse en un feeder para las grandes compañías aéreas y transformar a la ciudad de Neuquén en un hub que una las rutas rutas petroleras del Sur con las del Norte del país, con vuelos que, incluso, lleguen a las regiones de explotación de hidrocarburos en Bolivia. “En el país hacen falta esas empresas de tráfico subsidiario, feeders. Hubo en su momento, cuando lo hizo Southern Winds, pero hoy no existe. Creemos que es un segmento importante, especialmente en este proyecto político, porque va a necesitar de un movimiento muy fluido en el interior”, asegura.

Pedido de infraestructura

American Jet ya inició conversaciones con intendentes, el Gobierno y Aeropuertos Argentina 2000 para poder contar con la infraestructura necesaria para prestar los servicios pedidos: “Hay aeropuertos que son realmente deficientes. Es el huevo o la gallina, porque si el concesionario va a tener servicio y va a cobrar la tasa y va a tener pasajeros y va a tener un servicio regular, va a invertir”.

Eso fue lo que hizo cuando, hace algunos años, empezó a hacer un servicio no regular entre Neuquén y la ciudad chilena de Temuco, ruta que fue incluida dentro del pedido de vuelos regulares realizado en diciembre. Pese a que la aerostación neuquina estaba habilitada para operaciones internacionales, no poseía ni oficina de migraciones, ni de aduana, ni de sanidad. Tras conversar con las autoridades consiguieron que se abrieran esas dependencias, para unir dos ciudades que están apenas a 600 kilómetros de distancia. Si hoy se quiere hacer ese viaje en avión, es necesario salir de Neuquén, hacer escala en Buenos Aires, de ahí volar a Santiago de Chile y, finalmente, a Temuco.

“No es raro pensar que si uno desarrolla un hub como Neuquén, que hoy no tiene prácticamente a nadie, el día de mañana dos o tres empresas más vayan a hacer las mismas rutas. Eso lo sabemos y no nos preocupa. Y el concesionario también es consciente de esa posibilidad”, argumenta Palmieri.

American Jet tiene hoy un plantel de 75 personas y el proyecto planea incorporar 100 puestos de trabajo más y realizar una inversión, en esta primera etapa, de US$ 11 millones, que incluye la adquisición de dos turbohélices ATR 42, con 50 plazas cada uno, y un Boeing 737-500 con el que realizarán vuelos no regulares, especialmente durante el verano, si le conceden las rutas pedidas.

“Para el próximo año veremos cómo se va desarrollando este proyecto. El secreto de la permanencia de una empresa como ésta en estos 30 años es ir creciendo despacio, pausadamente y en forma permanente”, insiste.

Hay aeropuertos que son realmente deficientes. Es el huevo o la gallina, porque si el concesionario va a tener servicio y va a cobrar la tasa y va a tener pasajeros y va a tener un servicio regular, va a invertir

En una hipotética segunda etapa de inversión se incluirían rutas regionales, con jets más grandes que los turbohélices con los que cuenta actualmente la compañía.

“No hace falta mucho para desarrollar el mercado aerocomercial. Hace falta voluntad política. La audiencia pública fue una señal, con todos los defectos que uno le pueda encontrar por haberse hecho a las apuradas. Y está acorde con la política general del Gobierno, que es la de apertura, la de acercar inversiones y abrir los mercados. No hay que tenerle miedo a la competencia”, destaca Palmieri. American Jet trabajará con un sistema de tarifas por kilómetro recorrido, algo distinto del sistema tradicional de las aerolíneas comerciales y que se asemeja, según destacan, al sistema tarifario de los ómnibus de larga distancia: “Una aerolínea tradicional sube o baja el precio del pasaje en función de la fecha y la hora del viaje, y de la anticipación para emitir el ticket. Nosotros no. No volamos por debajo de la rentabilidad. Si una ruta no es rentable, no se vuela”.

Palmieri asegura que ese esquema tarifario hizo que los propietarios de ómnibus de larga distancia se les pusieran en contra en la audiencia pública: “Se les termina ese negocio, el subsidio por combustible y por tarifa. A toda esta gente que vive del Estado le molesta que se abra el juego. El colectivo de larga de distancia transporta unos 40 millones de pasajeros al año y ahora bajó a 33 millones. Sigue siendo un volumen impresionante”.

Sin embargo, la compañía espera ver cómo se desarrolla el negocio con las rutas solicitadas, por lo que no descarta migrar, con el correr del tiempo, a un sistema de tarifas más tradicional, lo que implicaría tener sistemas de reserva más sofisticados, como los que emplean hoy otras aerolíneas. “No lo pensamos ahora porque no queremos crecer antes de tiempo. Preferimos no anticiparnos a los hechos ni saltar etapas en el proceso de crecimiento”, aclara la apoderada.

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